lunes, febrero 14, 2005

Placidez

Aquí estoy, en la reposera de playa, oliendo al ancho mar de Villa Gesell, adormeciéndome con el murmullo de las olas, escuchando como fondo a mi hija reir y, ahora, jugar con la pelota-paleta:
—Tac...toc
Lanza la pelota, rebota una vez...dos y cae a la arena. La recoge y vuelve a intentarlo. Hasta ahora no ha pasado de los dos golpes seguidos...pero ya aprenderá porque
—Tac...toc
es paciente y decidida. Y buena para los juegos y deportes. Juega al fútbol con los varones y al hockey con las chicas del club, aunque creo que
—Tac...toc
lo que más le gusta es el handbol. Si que juega bien, salieron segundas este año. Mmm que sueñito me está dando. Cierro los ojos y no pienso en nada,
—Tac...toc
solo en la simple y maravillosa paz de la playa, la lejanía de Buenos Aires -ciudad histérica-. Invariablemente cuando vengo a la playa a pasar algunos días
—Tac...toc
termino fantaseando sobre venirme a vivir a la costa, abandonar el calor y la locura porteña, instalar un pequeño hotel por acá, pasar largos meses
—Tac...
preparando la temporada, plantando y cuidando el parque, leyendo, escribiendo quizás -cuando me anime-, viendo a mi hija crecer en paz, teniendo
—...
pocos pero buenos amigos, gente solidaria, tranquila, en la que confiar. Pero , en fin, luego todo se diluye, los planes se pierden, desaparecen, se ahogan, son
—...
violentamente dejados de lado por la realidad: hay que trabajar en la ciudad, vivir con miedo, cuidar la seguridad...
—...
Mmm me parece que me voy a dormir...ahora que se que está todo bien, todo controlado, mi hija...jugando...¿o no?
—...


©Diciembre 2003