sábado, abril 16, 2005

Diario de un ganso

INTRODUCCIÓN

Hace tiempo que quería empezar a escribir este diario. Pero, mi condición de animal de granja, y de una especie poco considerada en el mundo de las fábulas, me inhibía de hacerlo. ¿Cómo un ganso, tonto, como yo, va a pretender sentarse a escribir su historia?
Yo sabía casi de memoria las historias de zorros, urracas, loros y otros animalitos odiosos, pero por más que preguntara, nadie había escuchado jamás historias sobre gansos.
- Si son estúpidos y feos...¿a quién le pueden interesar sus historias?

Bueno, vencí mis temores, saqué una pluma de mi cola, la mojé en tinta y empecé a escribir MI HISTORIA. La primera historia escrita por un ganso, que rivalizará con cisnes, patos feos, zorros y gallinas.


DÍA 1

Lo primero que hay que decir es que los gansos somos fácilmente confundidos por los chicos de la ciudad con Pavos. Ojo! Nada pero nada que ver! Los pavos son parientes grandotes de las gallinas y se los comen para Navidad, pobrecitos.

En cambio, a nosotros no nos comen... creo. Por lo menos no vi a ninguno hasta ahora.. aunque pensándolo bien: si no nos comen, ¿para qué nos crían?

DÍA 2

Me ha dicho mi abuela que los gansos somos guardianes de las granjas, que para eso nos tienen. O sea que graznamos (una especie de ladrido agudo) en cuanto el primer desconocido aparece en la cerca y eso despierta a los caseros y salen a ver quién anda ahí. Por eso nos tienen. Decenas, acá hay como cuarenta gansos. ¿Tantos, digo yo, para cuidar la granja? ¿No bastaría con cinco o seis?. Humm. Si no nos comen, si sobramos para cuidar la granja, ¿para qué nos crían?


DÍA 3

Mi tía Gansy me dijo que somos tan esbeltos , bellos y agraciados, que nos tienen a efectos decorativos: alegramos la vista de los visitantes. Así como en algunos parques hay avestruces o flamencos (esos patilargos) en granjas más modestas nos usan como elemento decorativo. No me cierra mucho; ¿tan hermosos somos? Humm, Si no nos comen, si sobramos para cuidar la granja, y no somos demasiado estéticos, ¿para qué nos crían?


DÍA 4

- Chico, ¿quieres saber la verdadera razón? -me preguntó tío Plumón.
- Sí, tio. ¿Para qué servimos?
- Cómo para qué, cómo para qué. Nuestras plumas. Nuestras maravillosas plumas blancas, que se usan para rellenos de almohadas, sillones , etcétera.
- ¿En serio, tío?
- Sí, a mí me han desplumado ya varias veces, así que...

Me quedo tranquilo: ahora sé para que existimos...Pero, yo vi por acá gansos de plumas ralas, feas... Hmmm Si no nos comen, si sobramos para cuidar la granja, no somos demasiado estéticos, y no todos tenemos plumas aptas, ¿para qué nos crían?


DÍA 5

Ahora averigüé con mamá: me dijo - la noté algo nerviosa- que los hombres se quedan con huevos de ganso, que los usan para alimentación. O sea: una vez que te dejan nacer, no te pasará nada, el problema los tienen los huevos, pero esos no se enteran de nada.
Y ¿para que hay tantos gansos machos, que no ponen huevos? Hmmm. Si no nos comen, si sobramos para cuidar la granja, si no somos demasiado estéticos, si no todos tenemos plumas aptas y si no todos ponemos huevos, ¿para qué nos crían?


DÍA 6

Hoy recibí un reto por parte del Consejo de Ancianos. Dicen –por nota- que ando preguntando mucho: que quiénes somos, para qué servimos, para qué vivimos, cuál es nuestro destino, preguntas todas ,que, leo “no son aptas para el nivel mental medio de nuestra comunidad de gansos, cuya simpleza, candidez y pasividad es ampliamente reconocida por especies tan diversas como zorros, humanos y equinos”. Atentos a estas razones y otras “de orden público” se me comunica que me será negada cualquier asistencia si continúo con mis interrogatorios, etc. ,etc. Me quedé estupefacto, trifecto y torrefacto: Si no nos comen, si sobramos para cuidar la granja, si no somos demasiado estéticos, si no todos tenemos plumas aptas y si no todos ponemos huevos, ¿para qué nos crían?¿eh? ¡clama ahora mi grito en el desierto!¡ No me callarán, no emude...


EPÍLOGO

Termino esta corta experiencia autobiográfica recordándole a nuestros niños que más vale pájaro en mano que ciento volando, que las uvas están verdes, y menos averigua Dios y perdona, y todas las moralejas que esta tierna historia pueda recordarnos. Para un ganso no hay nada mejor que otro ganso y un humano. Somos simpáticos y algo tontos, y nos quieren...todos nos quieren.

©2003

2 Comments:

At 5:25 p. m., Anonymous Anónimo said...

Lindo cuento Esteban... y creo que me harás una fánatica, porque me encanta leerte... Poco a poco, ya lo verás... Recibe un besote desde México....

Carla Ruiz (SALMANFAN, de Ficticia)

 
At 7:38 p. m., Blogger esteban said...

Me alegro, Salmanfan, que insistas con tus elogios, aún fuera de Ficticia.Como siempre, los creo sinceros aunque excesivos, Carla Ruiz. Un abrazo.

 

Publicar un comentario

<< Home